Prejuicios: “Los videojuegos”
El primer videojuego que se creó
con propósitos comerciales fue Pong. Fue publicado por Atari en 1972. Desde
entonces ha llovido mucho. Los videojuegos han evolucionado de una forma
espectacular en apenas unos treinta años. Hoy en día prácticamente todo el
mundo tiene al menos una consola en casa y este ocio ha ido tomando cada vez más
popularidad y aceptación por parte de la sociedad.
“Pong”
Pero pese a ello los videojuegos, de forma general, siguen estando mal vistos. Aunque especialmente en los años
ochenta era donde existía un mayor desprecio hacia este hobby. Muchas veces los
medios de comunicación han sido los responsables de suscitar una serie de
prejuicios, sobre el uso de estos. Noticias como que los
videojuegos pueden hacer violentos a los jóvenes o esa sensación generalizada
de que solo existen “juegos de disparos”.
Si nunca has jugado a videojuegos
y por casualidad estás leyendo esta entrada, me gustaría hacer una pequeña
parada para que vieses el siguiente vídeo:
El videojuego que se ve en este tráiler
se llama Journey (El Viaje) y he querido publicarlo en esta entrada porque
considero que es el mejor ejemplo que podía poner, para hacer entender que un
videojuego puede ser mucho más que simple violencia. Existen muchas clases de
videojuegos, de gran variedad de géneros, al igual que existe un abanico enorme de libros
para todo tipo de gustos. La experiencia de abrir una cajita que contiene un
disco e insertarlo en una consola u ordenador, no es muy distinta a la de coger un libro,
sentarte y sumergirte en la lectura de sus páginas.
Journey es tan solo un ejemplo
entre miles. Pero aun así es un juego especial porque propone algo que ningún otro
videojuego había propuesto jamás: que el jugador se sienta embriagado por un
cúmulo de emociones, no solo por lo que está viendo en pantalla sino también por
lo que está escuchando. Por ese motivo me parece absurdo que se intenten enmarcar
a los videojuegos como algo negativo.
Ahí fuera hay medios mucho más
peligrosos que los videojuegos, especialmente para los niños, como es la televisión.
Se presupone que existe un horario infantil o protegido en la TV, pero me da la
sensación de que no existe. Normalmente a las cuatro de la tarde, de un fin de
semana, echan en cualquier canal una película para mayores de dieciocho años o el
resto de la semana emiten programas de salsa rosa donde solo se oyen insultos, entre cuatro tertulianos sin escrúpulos y carentes de sentido común. Eso está
ahí al alcance de los críos y sin embargo nadie dice nada.
En los videojuegos al igual que
en el cine, se coloca una franja de edad recomendada para que los padres puedan
saber si ese juego es apropiado o no para sus hijos. PEGI es lo que estipula la clasificación por
edad recomendada de cualquier videojuego. Aparece en la portada de los
videojuegos, a primera vista, y por supuesto la responsabilidad de comprar qué
tipo de juegos a sus hijos recae en los padres – en la mayoría de ocasiones
desconocedores de este tipo de medidas preventivas –.
Entonces, ¿por qué se les sigue teniendo
tanto miedo? Simplemente por desconocimiento. Probablemente y conforme vayan
pasando los años, el que un niño juegue a un videojuego será absolutamente
normal. Por supuesto siempre hay que tener cierto control sobre los pequeños y lo
que puede o no caer en sus manos. Pero hay medios mucho más peligrosos que los
videojuegos.
Creo que cualquiera, tenga la
edad que tenga, debería darle una oportunidad a este mundillo. Hay videojuegos aptos
para todo el mundo y eso es lo bueno de este ocio, que todo el mundo – sea de cualquier
edad, sexo o país – podrá encontrar un videojuego con el que pasar un rato
divertido, tanto solo como acompañado. Y como el buen vino, si no es en exceso,
puede llegar a ser muy recomendable.
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