Rota
Sostener mi vida en esta realidad que me ahoga es una tarea descorazonadoramente marchitante. Hay ocasiones en las que me obligo a simplemente permanecer con los pies en la tierra, sin permitirme fantasear, porque en el momento en el que despego los pies del suelo, cuando mi imaginación se activa, experimento un placer y unas sensaciones que a veces siento que el resto de personas o mi día a día no me podrán aportar jamás. Quizás es que simplemente llevo mucho tiempo rota y la manera de disimular todo ese dolor ha sido mantenerme ocupada. No paro de mencionar la importancia de pararse a pensar, de pasar tiempo a solas para conocer y entender qué nos sucede. Creo que he roto mis propios principios, he huido por temor a ver que en el fondo hay mucho de mí misma que tengo que arreglar. Mucho de mí misma que tengo que afrontar… Pero es difícil hacer ese esfuerzo cuando la vida no tiene compasión con nada, ni con nadie. Tú puedes pararte a pensar, pararte a curar tus heridas… Pero el t