Educación emocional
Llama la atención que cuando algo se convierte en cotidiano, deja de tener interés para nosotros. La curiosidad innata que poseemos durante nuestra niñez la perdemos demasiado rápido. Quizá por eso no nos damos cuenta de la cantidad de cosas que día a día pasamos por alto; sin prestarles atención. No solo a agentes externos que nada tienen que ver con nosotros, sino incluso a circunstancias que están íntimamente ligadas a cómo somos y que despreciamos de una manera sobrecogedora. Los niños siguen siendo para mí toda una fuente de conocimiento. Me fijo mucho en cómo se comportan o reaccionan porque me sirven para detectar elementos que para mí no tienen relevancia, pero que para ellos les supone un gran descubrimiento. Lo que he podido detectar es que a parte de su desbordante curiosidad, muchas veces no saben cómo reaccionar a aquello que no conocen o no han experimentado con anterioridad. Esto conlleva que normalmente reaccionen con temor o con recelo. Pero lo más curioso es qu...