El actual gobierno español da wert-güenza

Nuestro Ministro de Educación y Cultura, el señor Wert, va viento en popa a toda vela. Dirigiendo un barco en el que todos vamos montados y, según a la velocidad a la que viaja, la catástrofe va a ser de una magnitud bastante más significativa que la ocurrida con el famoso Titanic. La única diferencia es que venimos viendo venir el Iceberg desde hace años y aun así nadie aminora la velocidad, ni gira el rumbo del transatlántico.

La última gran jugada de nuestro “querido ministro” no es otra que la de eliminar la asignatura de Música de la educación primaria. Que este señor siga siendo Ministro de Educación y Cultura, me parece un autentico atentado hacia los españoles. Porque, que hoy en día, siga existiendo la asignatura de religión, tanto en primaria como en secundaria, y sin embargo que asignaturas como filosofía o música estén completamente relegadas a un segundo plano, es cuanto menos deleznable. Además demuestra, una vez más, cuales son los objetivos del gobierno con España y los propósitos detrás de su nefasta ley LOMCE. Crear un país y unos ciudadanos incultos, que no sean capaces de pensar por sí mismos y acaben acatando, de forma sumisa, todo lo que ellos hagan.

Que conste que yo no estoy en contra de la religión, pero sí de la manipulación. Curiosamente a lo largo de los años esas dos ramas han estado demasiado ligadas la una de la otra. Considero que las creencias de cada uno son algo demasiado personal como para que se convierta en una ley o en una imposición. Deberíamos vivir en un mundo en el que cada uno fuese libre de creer en lo que quisiese.

Si esas creencias hacen feliz a quien las cree y no hace daño a nadie con ello, me parece algo absolutamente lícito y respetable. Pero la religión no es cultura, no es educación, no es una ciencia, ni algo que se deba de impartir en un colegio o en un instituto. Cada uno debería ser libre de creer en lo que quiera y, hoy por hoy, no existe esa libertad.

Sin embargo, es esencial impartir música en la escuela primaria. ¿Por qué? Por la cantidad de efectos positivos que produce, especialmente, en los más pequeños. No solamente estimula la creatividad e imaginación, sino que en sí misma es una forma de expresión. Lo que puede ayudar a mejorar el razonamiento de un niño, estimular sus sentidos,  aumentar la capacidad de atención o concentración, promover la asimilación de recuerdos e imágenes… En definitiva, en su conjunto estimula el desarrollo integral de un niño.

Eliminar la asignatura de música en el plan de estudios primarios es la mejor manera de cortarles las alas a los más pequeños. De limitarlos en todos los sentidos. Es probable que si un niño pertenece a una familia con medios económicos, estos decidan introducir a su pequeño en un conservatorio de música. Pero volvemos al dilema de siempre, ¿qué sucede con las familias que no pueden?

De nuevo, se vuelve a demostrar que la intención del ministro Wert y del gobierno del PP no es otra que capar la escuela primaria pública para que los padres vean más adecuado gastarse el dinero en una escuela privada; que les ofrezca a sus hijos la mejor formación posible. De esta manera y sin que nos demos cuenta, la educación pública quedara relegada a la mínima expresión y conseguirán el que siempre ha sido su objetivo: privatizar la enseñanza. Hablando en plata, que los ricos puedan estudiar y los pobres, como pasaba en la época de la dictadura franquista, no puedan hacerlo.

La enseñanza pública en este país, desde siempre ha sido muy mejorable. Por ese motivo, para cualquier partido político que haya gobernado en España – que no es que haya habido mucha variedad  el principal objetivo que deberían haber expuesto en sus campañas electorales, tendría que haber sido el de crear una enseñanza pública de calidad. Sin embargo, con cada nuevo mandato lo único que han logrado es dar palos de ciego. Hasta llegar a la actual situación en la que nos encontramos donde literalmente están intentando cargarse la educación pública.

Este país necesita un cambio y no me refiero solamente a un cambio político. Creemos vivir en una democracia pero no es así. Una democracia no es permitir que el pueblo vote cada cuatro años y una vez que han votado, hago lo que me da la gana. Una democracia no es obtener un voto engañando y manipulando a la ciudadanía, prometiendo algo que no vas a cumplir. Una democracia no es permitir dar una manifestación con un cordón policial que apalea a los ciudadanos, por estar ejerciendo un derecho recogido en la constitución española del 78… Vivimos en una aparentada democracia en la que creemos tener voz y voto, pero no tenemos ninguna de las dos cosas.

Puede que todo lo que haya escrito en esta entrada sea desalentador, lo es. Pero pese a todo, no son ellos los que tienen la sartén por el mango. Somos nosotros y no queremos darnos cuenta de que ellos no estarían ahí de no ser por la ciudadanía. Cambiar este país y crear un futuro mejor para las próximas generaciones es algo que está solamente en nuestras manos. Y la solución no está en la violencia, está en la unidad. 

Todos somos ciudadanos de este país y todos queremos el mejor futuro posible. Quizás si dejásemos de pensar de forma egoísta en nosotros mismos y nos diéramos cuenta de que, por suerte o por desgracia, nuestro futuro también depende del bienestar del resto de la sociedad, podríamos cambiar algo. Y si alguien es tan ingenuo de creer que su bienestar solo depende de sí mismo y los problemas de los demás no le afectan, entonces que se marche a un monte y se meta en una cueva. Probablemente ahí se sentirá más cómodo e integrado.

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