No sabemos apreciar lo que tenemos

En España tenemos muchos problemas. Pero quizás el más aberrante de todos es que somos envidiosos hasta rabiar. Nuestra sociedad capitalista está construida para conseguir que gastemos el dinero en algo que creemos necesitar. El problema de este sistema es que jamás estamos satisfechos. Cuando tenemos algo, en vez de disfrutarlo, estamos pensando en qué va a ser lo siguiente que vamos a adquirir. Es adictivo y nos hace sentir una falsa felicidad.

Yo no soy mejor que nadie, también soy víctima de esta doctrina. Pero al menos soy consciente de ello. Precisamente lo que me preocupa de esto es que el 90% de la sociedad no lo es. Pero si este problema solo radicara en ser un adicto a comprar, no me parecería del todo mal. Me explico: cada uno con su dinero puede hacer lo que quiera, el problema es que la mayoría compra no por verdadera necesidad sino por el que dirán.

Cuando ocurre esto la persona deja de valorar lo que de verdad necesita y solo se regocija en aparentar. De esta manera será esclavo/a de las modas pasajeras, que no necesariamente las siguen porque les guste sino porque hay que seguir la tendencia.

Lo siento mucho, pero dudo que esa persona pueda ser algún día verdaderamente feliz. La mayoría de la gente que veo por la calle parecen robots. Todos debemos vestir igual, nos debe gustar lo mismo y si por algún motivo hay alguna “oveja negra” que intenta ser ella misma, automáticamente se le margina.

La crisis que asola hoy en día a nuestra sociedad no es económica. Es una crisis de valores porque lo tenemos todo. Comemos muy bien, dormimos como reyes, todos tenemos familia y amigos que nos quieren, estamos sanos y vivimos bien. Pero seguimos valorando más el tener un Mercedes, un iPhone y una televisión de 50” en el salón. Muchos han vivido y viven por encima de sus posibilidades, solo por aparentar: aparentar lo que no tienen.

Sinceramente es de puro asco y más cuando hay muchísima gente en el mundo que no tiene ni un cuscurro de pan que echarse a la boca. Gente que lucha día a día por superar una enfermedad, ancianos que viven solos, sin familia ni nadie que los ayude, niños que jamás podrán tener una infancia o una educación… De nuevo se cumple esa maldita frase que tanto detesto: No sabemos apreciar lo que tenemos, hasta que lo perdemos”. Es una frase que tengo grabada a fuego en mi cabeza e intento por todos los medios no caer en la trampa de pasarla por alto y cometer el error de no valorar todo lo que poseo. Cómo no voy a cuidar todo lo que tengo, si soy una autentica privilegiada.

Por eso me da tanta rabia el ver como esta sociedad está tan podrida. Yo jamás tendré envidia de aquellos que tengan dinero si han trabajado toda su vida, de forma honrada, por lograrlo. Detestare a aquellos que roban y se benefician de los demás, para obtener lo que quieren. Detestare a aquellos que aparentan tener lo que no tienen, que intentan menospreciar lo de los demás, que no respetan y cuyo aliciente en la vida es el dinero. Al final la vida pone a cada uno en su lugar y todos recibimos lo que hemos sembrado.

Lo importante es tener salud, gente que te quiera, poder comer todos los días, poder aprender y sentirte realizado con lo que haces. Pero, por encima de todo, poder vivir en libertad y ser feliz; lo demás siempre será secundario y si tenemos la facilidad, o la posibilidad, de ayudar a los demás pues hagámoslo... Pero no pisoteemos y no critiquemos. Centrémonos en nuestros propios problemas y en ser nosotros mismos. No quiero ver más robots caminando por la calle, no quiero más apariencias, no quiero más fachadas, ni disfraces, ni máscaras… Quiero ver a la gente como realmente es.


Hay gente que cree en la suerte. La suerte no viene de la nada, no cae del cielo. Siempre hay que hacer un gran esfuerzo para poder obtener una recompensa. Y si has obtenido esa recompensa con tu esfuerzo entonces: consérvala, apréciala y cuídala. Valora ese esfuerzo y no lo eches en un saco roto porque la verdadera suerte es obtener una recompensa sin esfuerzo: Nacer sano, con una familia que te quiere y que te lo dará todo para hacerte ser mejor persona. Eso es tener suerte y no se compra con dinero.

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