Cosas que le diría a mi yo pasado [02]:

¡No tengas prisa por crecer!

¡Es un mal común porque a todo el mundo le pasa! Es inevitable que durante nuestra infancia queramos ser mayores. Los niños creen ver  mayor libertad en las personas que pintan canas. A fin de cuentas, se ven limitados por su propio cuerpo – el cual aún no se ha desarrollado plenamente, tanto mental como físicamente  y, por supuesto, no pueden valerse por sí mismos para tomar decisiones o hacer e ir a donde quieran. El problema es que no saben apreciar que, en muchísimos otros sentidos, tienen mayor libertad que un adulto. No hay responsabilidades, ni prejuicios y los problemas que tiene un niño en su mayoría – o que deberían de tener, porque un niño/a no debería de sufrir NUNCA  es que le hayan quitado el bocadillo, a la hora del recreo.

Ahora soy muy consciente de que no era capaz de apreciar aquella libertad y que por momentos vivía demasiado obsesionada con querer crecer. Aun así, si me ofrecieran la posibilidad de volver a ser pequeña, desde luego que la rechazaría porque creo que hay un momento para todo… En cada etapa de la vida, habrá cosas que tengamos para luego perderlas y a cambio obtendremos otras nuevas, que probablemente volveremos a perder para volver a reemplazarlas. Por eso he querido hacer mío el lema que recita Robin Williams en El Club de los Poetas Muertos: carpe diem  disfruta el momento . Nunca más habrá un hoy y es crucial disfrutar el presente: valorar lo que tenemos.

En la primera entrada que realice en este blog, hablé precisamente sobre la infancia y como ha condicionado lo que soy hoy. Al madurar, he logrado apreciar mejor lo que ha significado esa etapa en mi vida y si tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo, para toparme cara a cara con mi yo del pasado, me encantaría poder decirle que no se preocupe por crecer porque crecerá – más rápido de lo que ella cree . Le explicaría que logrará cumplir sus metas y encontrará otras nuevas; que la apasionaran y le harán sentir muy feliz. Que aprenderá a conocerse a sí misma y que hará todo aquello que tanto anhela poder hacer…

Sin embargo, le pediría que ahora, en su presente, tan solo se limite a disfrutar porque con el tiempo, también aprenderá que el mundo no es de color de rosa. Sé que no entendería esto último y probablemente seguiría pensando en lo “guay” que es ser mayor, pero es mejor así. Porque al final, lo acabará descubriendo por ella misma, en su debido momento, y eso es esencial. Nadie debe arrebatarle la infancia a un niño antes de tiempo y yo tuve la suerte de poder disfrutarla íntegramente. ¡Carpe diem, enana!

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