La lectura cambió mi vida
A lo largo de mi vida he leído
mucho, muchísimo. Mi género predilecto es la fantasía, aunque también me
apasiona leer otro tipo de géneros como libros de temática histórica, novelas
de misterio o de aventura; al más puro estilo Julio Verne. También he de
reconocer que, como todo, podría haber leído muchísimo más y curiosamente leía
más durante mi infancia/adolescencia que actualmente. Aunque no puedo evitar
que de vez en cuando caiga en mis manos alguna obra que devoro en poco tiempo,
si me engancha.
Son muchas las personas que
hablan de la importancia de leer o de los beneficios de la lectura,
especialmente para los más pequeños, pero nunca logro encontrar una respuesta
que se acerque a mi visión del motivo por el que considero que, en muchos
sentidos, el leer ha cambiado mi vida. En efecto, la creación de este blog y de
mi afición por escribir, está firmemente ligado a mi pasión por sumergirme en
las finas páginas de un libro. También mi impulso para estar escribiendo, desde
los 16 años, mi propio libro. Un libro que ha ido creciendo conmigo, a la par
que mis personajes iban tomando forma en mi cabeza y el argumento se iba
escribiendo solo, como si siempre hubiese estado “destinada” a escribir esa
historia. Además, leer me ayudó en su momento a cometer menos faltas de
ortografía, a expresarme mejor, a escribir mejor, a aumentar mi vocabulario, a
hablar con mayor elocuencia, etc.
Pese a lo expuesto, la lectura no
solo me ayudó a sacar mejores notas en Lengua y Literatura, en el colegio, o me invitó a
escribir mi propia historia… La lectura me ayudó a ser más crítica y a madurar.
Estos dos factores hicieron, que empezara a entender el valor de escuchar.
Escuchaba la opinión de otras personas, analizaba que puntos concordaban con
los míos y cuales no, para formar después mi propia visión. Aprendí que no
existen las verdades absolutas y que para mejorar lo presente es importante ser crítico
con uno mismo, con aquello que te rodea y con aquellos que te rodean. Entendí el valor que tiene la cultura en
manos de alguien y por qué otros intentan tan desesperadamente arrebatarnos ese poder.
La lectura incrementa la
creatividad y la imaginación, fomenta la concentración, fortalece la memoria,
reduce el estrés, regula el sueño, estimula la actividad cerebral… Sí, todo
esto ya lo sabemos. Sin embargo, por qué afirmo que me cambió la vida. ¿Hablo
en sentido metafórico? No, hablo en sentido literal. Leer cambio mi propia
forma de ser. Siempre he tenido mucha imaginación, pero al poder sumergirme en
las páginas de una novela y leer la historia de multitud de personajes con sus
propios problemas, frustraciones, inquietudes y personalidad... al final esos personajes
toman vida en mi cabeza, de tal manera que sus propias aventuras o experiencias
de vida empiezan a formar también parte de mí. Viajo más allá de las palabras y
me sumerjo de tal manera entre sus letras, que por breves instantes el entorno
que me rodea desaparece, dejando de sentir mis propias emociones, para al final acabar sustituyéndolas por las del protagonista o protagonistas. ¿Dónde quiero llegar?
Muy sencillo, la literatura te ayuda a empatizar con los demás. A fin de
cuentas tú no estás pasando por esas situaciones, las estas imaginando y para
hacerlo debes por un instante ponerte en la piel de otra persona, o del
personaje ficticio en cuestión, que está lidiando con esa situación.
Vivir la historia de tantos y
tantos personajes me ha hecho ser una gran empática. Desde hace mucho tiempo me
he preguntado a mi misma el motivo por el que muchas personas buscan en mí – sin
yo ofrecerlo, en la mayoría de ocasiones – un consuelo o ayuda a sus problemas.
Incluso personas con las que no tengo un nivel de confianza tan alto como para
que me revelen cosas de su vida privada. Sin embargo, esas personas me conocen
lo suficiente como para saber que soy capaz de entenderlos o de ponerme en su
situación. Muchos decían que era por mi madurez, pero no entendía el porqué de
esa supuesta madurez. ¿Qué hace a una persona ser más madura que otra? Yo tengo
la respuesta… La imaginación.
La imaginación nos permite ser
empáticos, ponernos en la situación de otra persona sin haber experimentado
dicha vivencia porque… Seamos honestos, la vida es corta y por muchos años que
vivamos no lo podemos experimentar absolutamente todo. Además, el imaginar cómo
afrontarías una situación antes de que te suceda, te ayuda también a estar más
preparado a la hora de la verdad. Si no imaginas que pasaría si ocurriera tal
cosa o si vivieras tal situación o si te encontraras con tal experiencia, nunca
podrás ponerte en la situación, en la piel o en los zapatos de otra persona
que sí está viviendo todo eso. Serás un auténtico apático y hoy en día, para mí, es completamente inviable ser así.
Vivimos en una sociedad muy injusta y estamos pasando por una época complicada, donde la empatía hacia los demás es esencial para cooperar e intentar salir, entre todos/as, de las situaciones adversas que nos depara la vida. No somos dioses y necesitaremos la ayuda de los demás, en multitud de ocasiones a lo largo de nuestra vida, pero cómo vamos a recibir tal ayuda de los demás si no son capaces de entendernos…
Vivimos en una sociedad muy injusta y estamos pasando por una época complicada, donde la empatía hacia los demás es esencial para cooperar e intentar salir, entre todos/as, de las situaciones adversas que nos depara la vida. No somos dioses y necesitaremos la ayuda de los demás, en multitud de ocasiones a lo largo de nuestra vida, pero cómo vamos a recibir tal ayuda de los demás si no son capaces de entendernos…
Leer me ha hecho ser una mejor
persona, no solo por ayudarme cada día a ser más empática sino porque, aunque
esté leyendo una novela de ficción, los personajes creados por el autor, las
situaciones que viven y la propia aventura en sí, contiene gran parte de las
experiencias vividas por el creador de la obra. De esta manera plasma su punto
de vista, opinión, pensamiento y hasta, si
logras leer mas allá de las palabras, su propia forma de ser. Cualquier obra es una representación del “alma”
del autor. Muchos personajes han logrado calar tan hondo en mí, que me han
ayudado a ser un poquito como ellos.
Es cierto que otros medios como
el cine, la televisión o más recientemente los videojuegos, son fuentes también
de grandes historias y personajes. Pero no te permiten sumergirte o
entender de una manera tan profunda sus historias, puesto que todo te lo
muestran a través de imágenes/sonidos. Ese tipo de historias o experiencias
deben entrar por los ojos a través de los planos, la fotografía o la dirección… enmarcarse en un tiempo específico para mantener la atención del espectador. Además los personajes son interpretados por actores o actrices que no siempre logran
plasmar la personalidad o las inquietudes de los personajes, bien por un mal
guion o por la propia interpretación. Por otra parte, bajo mi punto de vista,
es muy difícil crear una historia con peso si ha sido creada por muchas
personas. En el caso del cine, por ejemplo, en la gran mayoría de ocasiones, el
director simplemente se basa en llevar a cabo la interpretación del trabajo que
otra persona le ha encargado hacer. Al final el resultado normalmente suele ser
difuso e incluso desconcertante, puesto que las bases de la historia han sido
creadas y dirigidas por distintas personas; cuando la dirección y creación debería
haberlas hecho una misma – algo difícil de hacer en un medio como el cine,
aunque no imposible como se ha demostrado muchas veces –.
Al leer, todo se forma en tu cabeza y un libro al no estar limitado por un tiempo en específico, como otros medios, permite al autor explayarse en sus reflexiones, descripciones y situaciones o profundizar en la personalidad, pensamientos y relación de sus distintos personajes; fomentando la anteriormente citada empatía en el lector. La historia se forma en tu cabeza, los personajes toman su apariencia en tu cabeza, por tanto la experiencia es distinta dependiendo del lector que la lea. En un libro no existen límites tecnológicos, por lo que tampoco hay problemas a la hora de crear un mundo, unas criaturas o determinadas situaciones que a veces son difíciles de representar en otros medios, si no tienes el presupuesto necesario para llevarlo a cabo. El autor en definitiva tiene vía libre para contar su historia sin limitaciones de ningún tipo.
Al leer, todo se forma en tu cabeza y un libro al no estar limitado por un tiempo en específico, como otros medios, permite al autor explayarse en sus reflexiones, descripciones y situaciones o profundizar en la personalidad, pensamientos y relación de sus distintos personajes; fomentando la anteriormente citada empatía en el lector. La historia se forma en tu cabeza, los personajes toman su apariencia en tu cabeza, por tanto la experiencia es distinta dependiendo del lector que la lea. En un libro no existen límites tecnológicos, por lo que tampoco hay problemas a la hora de crear un mundo, unas criaturas o determinadas situaciones que a veces son difíciles de representar en otros medios, si no tienes el presupuesto necesario para llevarlo a cabo. El autor en definitiva tiene vía libre para contar su historia sin limitaciones de ningún tipo.
Los comics o el manga también son una buena forma de adentrarse en el
mundo de la lectura. Al contrario que un libro clásico, la descripción de
personajes, escenarios o paisajes se realiza a través del dibujo. Se plasma lo
necesario a través del dibujo, para poder enmarcar la situación de los
personajes y su entorno además de sus emociones, pero todo carecerá de sentido
sin los diálogos que ponen en situación al lector de lo que está ocurriendo. Por
tanto, un comic o manga, pese a representar sus mundos o personajes a través de
viñetas, acaban mostrando lo justo y necesario para que el lector imagine el
resto por sí mismo. Muchos ven la lectura de comics/manga inferior respecto a
las novelas clásicas. Me parece un error, porque ambos formatos son una gran
manera de contar una historia, cimentando sus bases y el peso de sus personajes,
a través de las palabras escritas en un papel y la imaginación del lector.
Finalmente, ojalá algún día
alguno de mis personajes e historias, pueda llegar a transmitirle a alguien las
mismas sensaciones, emociones e incluso valores que muchos otros autores han
logrado transmitirme a mí, a través de sus obras.
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