¿Existe la libertad?

¿Qué es la libertad? Alguna vez os lo habéis preguntado. Según mi forma de verlo, la libertad es poder hacer lo que quieras, cuando quieras y donde quieras, siempre. Por tanto para que existiera una verdadera libertad no debería haber límites. Tan solo vivir como tú quieras. ¿El ser humano puede tener eso? ¿La sociedad que hemos creado funcionaria así? Obviamente no. De hecho, lo que yo planteo tiene una definición y es libertinaje. Sin embargo, el libertinaje precede al caos. Luego, ¿la libertad, en su verdadera esencia, existe?

La gran mayoría de las personas creemos ser libres solo, si no estamos apresados o encerrados en algún lugar. Porque vivir al aire libre, desplazarnos e ir a donde queramos es el estado natural de cualquier ser vivo. Pero en particular, el ser humano nunca podrá ser libre. Tanto si vives en una selva aislado de la civilización como si vives en plena área urbana. Obviamente en la selva seriamos mucho más libres de hacer lo que quisiéramos y de vivir como quisiéramos. Pero incluso viviendo en una selva, seguiríamos estando atados a sobrevivir. Sí, esa maldita manía que tiene todo ser vivo de conseguir que prevalezca su linaje. Da igual de qué forma vivamos, porque siempre tendremos ese cometido que cumplir.

De igual manera ocurre con el resto de animales o incluso con las plantas. A veces me pregunto, si una planta tuviese sentidos y consciencia, ¿no se sentiría completamente eximida de libertad? Echando raíces en un lugar para siempre, sin la posibilidad de desplazarse, ni de sentir nada, más allá de los cálidos rayos del sol sobre sus hojas. La naturaleza es cruel y despiadada. Ningún ser vivo puede realmente vivir en completa libertad. Cualquier animal vive continuamente con el miedo a ser devorado o atacado por otro animal. Deben adaptarse a los cambios climáticos, los desastres naturales y la propia acción del hombre. Los vemos “libres” corriendo por bastas praderas o volando por el cielo y creemos que ellos si conocen lo que es la autentica libertad.

En definitiva, mi percepción es que la libertad como tal no existe. Por supuesto, hay distintos grados de libertad pero todos los seres vivos, en mayor o menor medida, no poseemos una libertad absoluta. De hecho, no podemos ser libres por el mero hecho de existir. ¿O es que acaso nos preguntaron antes de nacer si queríamos nacer? ¿Recordáis si firmasteis algún contrato que estipulara que queríais existir? ¿Os preguntaron con qué familia queríais nacer, dónde, cuándo y en qué circunstancias?

Está claro, entonces, que quien nos limita a ser libres en toda su plenitud es la propia naturaleza. El problema reside cuando otros agentes externos, intentan privarnos de derechos y libertades que sí merecemos tener todos al nacer. Ese agente externo muchas veces es el propio ser humano. Puede que no podamos ser libres completamente porque siempre tendremos responsabilidades, obligaciones o mil y una limitaciones. Sin embargo, todo el mundo tiene el derecho y la libertad de tomar ciertas decisiones en su vida sin que otras personas intercedan. ¿Somos libres de decidir de quién nos enamoramos? Hasta cierto punto no. Ni siquiera en eso es una decisión completamente nuestra y aún así, habrá "elementos" – véase familiares, amigos, la propia sociedad…  que a veces intentaran oponerse a una decisión que ni siquiera es del todo nuestra.

Otras serán decisiones premeditadas y bien pensadas, pero siempre habrá alguien que intentara privarnos de la poca libertad que nos queda, para convencernos de que nos estamos equivocando. Creo que no existe una mayor sensación de libertad, que pegarte un “guarrazo” contra el suelo, sabiendo que te has dejado los “piños” pegados en él, porque TÚ tomaste la decisión de poner el pie en el filo de la acera y no en medio de ella. Puede que duela, pero al menos has tenido la libertad de caerte y después levantarte. Lo mismo ocurre si un día tomas la decisión de arriesgarte en algo y al final consigues tener éxito en ello. Eso para mí, es lo que realmente simboliza ser libre. 

La libertad dentro de las propias leyes estipuladas por la naturaleza no tiene cabida. A fin de cuentas, para poder vivir estamos obligados a acatar unas normas básicas, que a veces nos gustaría saltarnos, pero que resultan imposibles de obviar. Por tanto, la libertad tal y como el ser humano la concibe no existe. Lo que sí es cierto, es que hay personas que son más libres que otras; bien por su forma de ser, por el entorno que las rodea o incluso por su propia forma de vivir. Desde luego lo que es incuestionable, es que cualquier ser vivo tiende a ser más feliz si tiene más libertad. Y hay veces que sí está en nuestra mano el tener más o menos libertad. Solo hay que tomar las decisiones apropiadas, en el momento adecuado y luchar... Luchar por nuestra vida y nuestra libertad. ¡Es nuestra y nadie tiene derecho a arrebatárnosla!

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