La “independencia” en España

La Tierra. Esa esfera casi perfecta que órbita alrededor del Sol, perteneciente al Sistema Solar. Uno de esos sueños imposibles que algún día me gustaría cumplir, sería viajar al espacio. Siempre me ha apasionado la astronomía, desde que era muy pequeña. Me gustaba salir en las noches de verano en mi pueblo, para poder observar las estrellas o El Camino de Santiago  ̶ La Vía Láctea ̶  que es cuando mejor se puede apreciar.

La Tierra vista desde el Espacio.

Es curioso porque cuando observas la tierra desde el espacio, te das cuenta de que no hay barreras, ni limites, ni fronteras como las que hay dibujadas en los mapas que estudiábamos en el colegio en clase de Geografía. El ser humano ha luchado siempre por conquistar esos pedacitos de tierra que flotan en un manto de agua, que nosotros denominamos Océanos. En ese sentido la humanidad se ha asemejado bastante a los perros, porque siempre nos hemos empeñado en marcar “nuestro territorio”.

De esa manera desde nuestros orígenes, hemos ido creando asentamientos donde pudiésemos cazar o cultivar nuestras verduras, sin necesidad de ir de allá para acá. Pueblos enteros que se asientan en un lugar, para pasar el resto de su vida o una parte de ella. Cuando nacemos no decidimos en qué parte del mundo hemos nacido, ni con quién, ni cómo, ni por qué. Solamente nacemos en ese lugar del mundo, aprendemos un idioma, una cultura y de alguna manera creamos un vínculo muy especial en ese lugar. Por ese motivo cuando viajas a otros lugares, no puedes evitar echar de menos “tu tierra”. Y todos, sin excepción, la defendemos a capa y espada.


El problema es que, en su mayoría, somos bastante egocéntricos y creemos que nuestras cosas, por ser nuestras, son mejores que las de los demás. Pero no es así. Ni son mejores, ni peores... Son diferentes y precisamente esas diferencias son las que hacen que este mundo sea tan rico en culturas e idiomas.  

España es quizás uno de los países más ricos, culturalmente hablando, del mundo. Han pasado muchas civilizaciones a lo largo de la historia por nuestra tierra y nos han dejado parte de su esencia y sus costumbres. Cada comunidad autónoma tiene su propio dialecto o incluso un segundo idioma y cada una tiene un gran legado cultural. Por ese motivo deberíamos sentirnos orgullosos de ser Españoles y no solo porque La Roja gane un mundial o una Eurocopa. Y sin embargo, solo veo disputas y rencillas entre comunidades autónomas.

Hoy en día estamos pasando por una crisis económica terrible. Por ello, deberíamos luchar todos JUNTOS para paliar los problemas que llevamos acarreando desde hace años. Yo soy Española, Andaluza, pero por encima de todo Almeriense. Y me daría igual si mi comunidad autónoma en vez de llamarse Andalucía se llamara Murcia, Castilla y León o Madrid y en lugar de tener 8 provincias tuviese 3. ¡Me daría igual! Es solo un nombre. Un nombre que une a un grupo de provincias, con un legado cultural semejante o igual. Y lo mismo ocurre con un estado o una provincia o una localidad. Lo que une esa tierra, lo que une a todos los habitantes de esa masa rocosa en medio del océano o del mar, son sus semejanzas y no sus diferencias.

Mapa Político del Mundo


¿Por qué entonces centrarnos en acentuar esas diferencias? Yo no me puedo sentir más identificada con un ruso  ̶ por poner un ejemplo ̶  que con un español, sea de la comunidad autónoma que sea. Porque un catalán, un vasco y un gallego, aunque tengan su propia lengua, hablan también castellano. Porque tenemos un parecido físico o una forma de ser parecidas. Porque comemos cosas semejantes y nos gustan o nos motivan cosas similares.


Pero todo este tema de la independencia, en España parece que está de “moda”. Aquí mismo en Almería, hay gente que no se siente andaluza. O barriadas que pertenecen a Almería capital, pero quieren ser una localidad “independiente”. Y si te paras a hablar con esas personas y les preguntas el motivo por el que quieren la “independencia”, solo dan rodeos o se dan puñetazos en el pecho como para reivindicar que ellos son más asturianos o andaluces o extremeños… que nadie.

Debemos sentirnos orgullosos de nuestra tierra. De ese lugar donde hemos nacido o donde hemos vivido parte de nuestra vida. Pero nunca entrar en la demagogia política, que es precisamente lo que promueven los que se autoproclaman independentistas. Nunca entrar en el juego de políticos o gobiernos cuyo único fin, hoy en día, es centrar la atención en banalidades y no en lo que de verdad importa. Con esto solo quieren dividir a los ciudadanos. Dividirnos para que discutamos como borregos entre nosotros, mientras ellos siguen engañándonos y robándonos en nuestra cara.

Sentíos orgullosos de vuestra cultura, de vuestro idioma y de vuestra tierra. Y no le deis importancia a cómo se llama o cuántas provincias la componen o en qué lugar del mundo se encuentra. Lo importante es que en ese lugar del mundo, donde habéis crecido o vivido, hay miles de personas afines a ti. Tanto por cultura, como por condición. Y al final lo que realmente importa son las personas. Nunca los himnos, ni las banderas.

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